GOLONDRINAS Y LA VENTANA CAGADA.

Recuerdo de Verano

La cagada, en la ventana…

Desde pequeños copos de plumas, todos chiquitos, se asomaban y posaban en el tubo del desagüe. Honestamente, creo que encontraron la forma de hacer su nido en el desván, allá arriba donde nunca voy. Ahí se posaban poco a poco, y de vez en cuando los veía siendo alimentados. Con el tiempo, crecieron y aprendieron a volar. El clima cambiante de la isla parece ser el simulador de vuelo perfecto, con condiciones difíciles para la supervivencia y el vuelo, así como las condiciones más difíciles para migrar: alejados del frío, de los vientos, distantes de la isla que las vio nacer y alimentó.

Desde días gloriosos de sol, donde las mariposas y los abejorros danzan de flor en flor, cuando los campos se pinta de flores lilas y amarillas, cuando el dulce olor a coco que las flores de tojo liberan inundan el cálido viento hasta días en los que lo mejor es pedir perdón por tus pecados porque parece que el cielo te va a caer encima con una rabia divina, ¡ay nanita! Que Dios nos tenga de su bendita mano… pero nada pasa, solo es la forma en que los vientos nos visitan.

Ya que me había acostumbrado al alboroto de estos pájaros, su danza sincronizada al pie de mi cocina, sin duda alguna su presencia me da tranquilidad. ¿Tranquilidad? Sí, porque sé que mientras estén por aquí, hay un rastro de esperanza, una pequeña e inocente garantía de que el clima será amable, de que los días no serán cortos, de que tendremos algunas horas de luz y, sobre todo, que no necesito buscar mis ropas de invierno.

Pero de la nada, esta mañana, al hacer el café… no están. Se fueron…

No más vuelos, no más bullicio, no más golondrinas. El cambio es inminente, se siente en el viento, en las horas de luz. Incluso los árboles ya no brillan con ese distintivo verde esmeralda; en las copas, el color comienza a atenuarse de la mano de los rayos del sol que cada vez se alejan más. Ahora tiene un tono amarillento, anunciando la llegada del otoño.

Los aromas cambian, los días se vuelven más breves, los vientos llegan con la frescura del otoño; se va despidiendo el verano con el tic tac del reloj, el verano se va.

Se han ido, y lo único que queda de esos días de sol es la cagada en la ventana. Hasta la próxima, golondrinas

Cagonas, Voladoras, vecinas!


Last modified on 2023-09-09